Cartel de la película 'Nueva York para principiantes' |
'Nueva York para principiantes’ es una película que representa todos los valores antideontológicos a los que nunca debería tener opción el periodista.
Sidney Young es el periodista inglés protagonista de “Nueva York Para Principiantes”. Representa el papel de un periodista capaz de darlo todo por la nada. Se desprestigia a sí mismo con sus acciones, yendo en contra de su propia ética y pasando a ser un “profesional” que mendiga ya no una exclusiva, sino una simple noticia. Cuando era director en Inglaterra de su propia revista, era un mordaz periodista que, a través de sus palabras, desvirtuaba el trabajo de actores, modelos, cantantes, directores de cine… Siendo un personaje odiado por el mundo de las celebrities, su entrada a los eventos estaba poco menos que prohibida. Sin embargo, con su llegada a ‘Sharps’, todos sus principios éticos y morales quedan relegados a un cajón olvidado con el firme propósito de lograr el éxito.
Al final, Sidney nos demuestra que tras entrar en el mundo del famoseo y saber cómo se realizan de verdad los reportajes y las informaciones; lo que vale es ser fiel a unos principios deontológicos dignos y deja su puesto en la revista Sharps para seguir sus ideales.
Cualquier persona que vea la película, verá una simple comedia, pero para nosotros como periodistas, el filme nos refleja la cruel realidad con la que nos vamos a encontrar en un futuro no muy lejano.
Escena de uno de los momentos de la nombrada película en la que aparecen Signey Young, el protagonista, y una compañera de trabajo |
Es duro ver como la realidad de la profesión no es como la pintan en la universidad. Es necesario mencionar el intrusismo al que está sometido esta profesión, en donde cualquiera puede desempeñar las mismas funciones que un licenciado o graduado por menos dinero que este. Así, se muestra a lo largo de toda la película como el periodismo y su ejercicio comienzan a perder valor.
Algunos clásicos del periodismo como Truman Capote o Gay Tallese se quedan en leyendas del oficio y no en un ejemplo a seguir, tal y como debería ser. Ahora prima el sensacionalismo y el amarillismo, tal y como Pulitzer comenzó en sus primeros años, aunque posteriormente se convirtiera en un referente mundial por la pulcritud de sus obras.
Trailer de la película 'Nueva York para principiantes'
Hoy en día la realidad y el objetivo de todo periodista no es informar de forma veraz y correcta; hoy, el escalar puestos y ver quien llega primero a la cima, sin importar la ética y la moral se han convertido en el único propósito de todo periodista que se precie.
Vivimos en un “el fin justifica los medios”, pero en su máxima potencia. Así vemos que lo único importante en esta profesión es labrarse un nombre a toda costa, sin importar el qué hagas o cómo lo hagas.
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